miércoles, 25 de junio de 2008

Ojala que

Ojala que podamos encontrar la mirada,
la mirada que impacta y quema.
Ojala que te tome y te deshaga
y que en el tiempo tu templo arda por dentro.
Ojala que me pidas que encuentre el motivo
para atarte el cuerpo y tus manos supliquen de deseo.

Ojala que lo grites e implores,
que lo escribas y muerdas,
que en tus uñas mi espalda quede
y en tus labios la sangre de los míos ya desechos.

Ojala que me aleje y quedes en el suelo
y a rastras me tomes por dentro.
Ojala que lo quieras y sin cama, sin luna
ni estrellas brille la noche.

Ojala que supieras lo que deseo
y a quemarropa me desgarres el silencio,
que me grites, me mires, me toques, me beses...
Ojala que sólo me ames.

1 comentario:

Edgar Saavedra dijo...

Cuando una lagrima provoque que la tinta de tus letras manchen las hojas en las que escritas están, no olvides que escribir no deja que desear, porque las letras nunca nos abandonan. Que las palabras que postras en una línea del tiempo en la que los sentimientos vagan surjan, porque leerlas despierta emociones en mí. Fue un placer viajar a tu mundo, OJALA tenga la dicha de hacerlo de nuevo.