viernes, 27 de junio de 2008

Crudo, listo o podrido

Ojos llorosos, garganta cerrada, estremecimiento dentro de mi, las nauseas eran inevitables.

Preparando el mejor desayuno me encuentro con que uno de los ingredientes, justo el que se veía mejor, estaba podrido por dentro; me di cuenta ya derramado en el sartén. Sin mencionar otro mas, que al igual está (al revés), verde bajo su cáscara.

Entonces cómo puedo saber si siempre lo cubre alguna cáscara, alguna piel, cómo saber si ya esta listo el alimento, no habrá otra forma más que abrirlo y darse cuenta ya que lo has desperdiciado.

Indiscutiblemente es algo tan natural…
Indiscutiblemente es algo tan real…

Puede que el tiempo sea justo o no, el mismo tempo que te deja crudo, listo o podrido por dentro,. Ese mismo tiempo que nos ha dejado desfasados en lo que planeamos tener.

Pero se me ha quitado el apetito, no tengo hambre por hoy.

miércoles, 25 de junio de 2008

Esa madrugada y nada más

Todo comenzó en juegos y canciones, en miradas no concretas y acercamientos innecesarios.

Canciones que sin importar el significado no estaba implícito el amor.

Alcohol en las venas y lujuria en la mirada provocaron erupción de deseos y pasiones, no bajas, pero si deliciosas. Fantasías, besos, caricias sobre el piso, mientras el alba nos protegía con su silencio.

El juego de cartas obligó que tu cuerpo se desnudara, mientras yo sentía que ganaba. La humedad de la madrugada, el calor de los cuerpos y tu perfume adherido a mis labios que los tuyos disfrutaban con gran desesperación me hicieron sentir las ganas de sólo usar la lujuria esa madrugada. Esa madrugada y nada más.

Las cartas seguían sobre el sillón, nosotros desnudos sobre la cama y la resaca del sexo transpiraban por cada poro del cuerpo.

Me lo había propuesto y se cumplió, pasó esa madrugada, pero tristemente fue esa madrugada y nada más.

Lo escuchaste de un loco

Y que tus besos son lo mejor
con ese toque dulce y embriagante seducción.
Como tus caricias son las alas de ángel
que poco a poco al desplumarse
caen las prendas que atan la silueta.

Di que lo escuchaste de un loco,
ese loco de la vida que se pierde en el horizonte.
Lo escuchaste de un loco.

Que tu aliento quema mis entrañas
al estar fusionados nuestros labios,
y que tu lengua explora cada rincón de mis emociones,
y que tus ojos cerrados penetran en mi mente
provocando ese grito de placer ahogado
mientras muerdo tu hombro y me desarmo en tus manos

Di que lo grito un loco,
uno de tantos que caminan al horizonte
y se pierden en el ocaso.
Lo escuchaste de un loco.

Con tu plenitud a media noche
sobre mi cuerpo cansado de tanto volar
sobre ti, sobre tu pecho, tu sexo, tu esencia,
ese mismo licor endulzado de veneno,
veneno que me hizo tan vagamente enloquecer.

Di que lo escuchaste de un loco,
del mismo loco que probó tu veneno,
que se pierde en el horizonte.
Ese mismo horizonte que dejas atrás,
mientras sólo me ve tu espalda.

Ojala que

Ojala que podamos encontrar la mirada,
la mirada que impacta y quema.
Ojala que te tome y te deshaga
y que en el tiempo tu templo arda por dentro.
Ojala que me pidas que encuentre el motivo
para atarte el cuerpo y tus manos supliquen de deseo.

Ojala que lo grites e implores,
que lo escribas y muerdas,
que en tus uñas mi espalda quede
y en tus labios la sangre de los míos ya desechos.

Ojala que me aleje y quedes en el suelo
y a rastras me tomes por dentro.
Ojala que lo quieras y sin cama, sin luna
ni estrellas brille la noche.

Ojala que supieras lo que deseo
y a quemarropa me desgarres el silencio,
que me grites, me mires, me toques, me beses...
Ojala que sólo me ames.

viernes, 20 de junio de 2008

Una orden como cualquier otra, lugar equivocado.

Hoy desperté con hambre, pero era justo de otro tipo.
Fui a uno de esos restaurantes que en realidad sirven de todo, bueno, casi de todo. Había mucha gente, tanta que me desespere, y por lo visto todos satisfechos con su pedido hasta un pequeñín con cachetes manchados sonreía, yo con mis lentes puestos y mirada soberbia oculta tras ellos, que bueno que no se dieron cuenta. Al fin me tocó ordenar a mi...

Pero que pasa con estos lugares, no que se jactan de tener de todo... no entiendo lo extraño de mi orden, si sólo he pedido...

“Una porción de sobriedad o que sea la mitad, creo que son dos platillos extras, entonces uno con ignorancia y otro con vaguedad en la vida. De tomar sólo agua con azúcar... digo el azúcar es bueno para el cuerpo y de postre un chocolate... un poco de dulce logrará hacer, por lo pronto, un esbozo de sonrisa.”

Como no me pudieron complacer sólo pedí un combo de hamburguesa con papas. Ordinario al fin.

Y si finjo

Esa idea vaga que me hace recordarte,
es la misma constante que me hace olvidarte.

Y si finjo que no te extraño,
es que a veces pienso
que es innecesario estar aquí atado
cómo un perro amarrado a su estaca
o como una vaca que aun está, no amarrada, pero si encerrada.

Y si finjo que te olvido,
es que hay veces que no puedo
ni siquiera ver el techo sin que deje de ver tu pecho,
cómo si fuera un eco que rebota en el tiempo y me tumba lejos

Es como un sueño,
pues estas en mis pensamientos
que persistes desde dentro de mi cuerpo
y en mi mente inconsciente aunque aun no me despierto.

Pero no puedo fingir un extrañarte o un olvidarte
porque es tan sencillo cómo el que nunca te he tenido.

jueves, 19 de junio de 2008

Justo lo entendí

Cuatro gotas de sangre en mi camisa, lágrimas en mis mejillas y la mirada desorbitada hicieron darme cuenta y a quema ropa sobre mi pecho descargo las últimas municiones de elocuencia.

Tanta presión, tanta osadía, tanta, tanta... melancolía deparaba mi infortunio, pero cegado en el anonimato de tus labios contraproducentes la oscuridad me ilumina, te veo fijamente y es cuando lo entiendo...

“En cuestiones de amor no se tiene que obligar” justo lo entendí después de presionar el gatillo y su cuerpo yace muerto en mis pies.

miércoles, 18 de junio de 2008

Eleidina

Eleidina se siente abandonada, frunce el seño
y queda cabizbaja extrañando sus besos.

Ay Eleidina por qué tan abandonada
Ay Eleidina por qué tan olvidada.

Se cubre con la mano tratando de sentir algo,
ya cuando lo hace solloza su nombre,
el nombre de quien la ha besado.

No solloces Eleidina que por algo te ha dejado
No solloces Eleidina que por algo se ha marchado.

Por mas que acaricia y se mordisquea suavemente el cuerpo,
no consigue la tranquilidad y la excitación que le entregaba
aquel que le ha abandonado.

Eleidina por qué no has olvidado,
Eleidina por qué te has enamorado.






Nota: Eleidina es la piel que cubre los labios.

martes, 17 de junio de 2008

Agua de melón

Al agua de melón sólo le hizo falta
el azúcar de tus besos esporádicos,
y en la cocina nada puedo limpiar
sin tu cuerpo sobre la mesa.

La carencia de comunicación hace
que se me agudice la voz y las goteras
tratan de dejar caer la lluvia que mis ojos
han impermeabilizado ya.

Y si te contara que se hace largo cuando yo me acorto
y todos los sonidos se han vaciado sobre el zinc.
Y si te contara que se hace lento cuando adelanto
el segundero y algunos sueños barro por el cielo.

Cuando con vino tinto pinto ya tus labios
y no puedo disfrutarlos, quedo saturado
de pretextos sobreactuados y finjo que
te creo para no parecer pesado.

Y si te contara que se hace largo cuando yo me acorto
y se hace lento cuando adelanto el segundero.
Y si te contara que algunos sueños barro por el cielo
y todos los sonidos se han vaciado sobre el zinc.

Y si te contara que el agua de melón se ha terminado
y sin el azúcar de esos besos esporádicos que barro
en la banqueta, vacía la jarra quedó ya.